La complacencia es una parte de la personalidad que se encuentra muy a menudo, entre mis consultantes.
Agotadas físicamente y psicológicamente de estar en todo y para todos. Pendientes de los demás, tolerando muchas veces situaciones insostenibles.
Las preguntas que se me pasan por mi cabeza son: ¿dónde has aprendido a comportarte así?, ¿cuándo fue la primera vez que has complacido?
Aprendemos a complacer cuando somos niños, como manera de visibilizarnos en un hogar donde todo fue muy complicado. «Mientras complazco tapo mi herida del abandono, reforzando mucho los vínculos con los demás, para no ser abandonada o rechazada otra vez».
La complacencia es un mecanismo de defensa, una manera de sobrevivir en la soledad o en un territorio “hostil” . Dicha defensa, no se actualiza «nunca» , y por lo tanto puedo seguir complaciendo de adulta con todo el desgaste físico y emocional que conlleva. No es un acto de generosidad, ya que es algo inconsciente.
Dejar de complacer, sobre todo al principio conlleva sentimientos de culpabilidad y egoísmo. Puedes sentir miedo a que te dejen, o a que no te vean lo suficiente.
Te hago unas preguntas para que explores el origen de tu complacencia.
¿Durante tu niñez y adolescencia tus cuidadores estaban pendientes de ti o tú de ellos?
¿Dejaste de realizar comportamientos de la edad por no incomodar a tus cuidadores (padres)?
¿Tuviste que cuidar a tus padres o cuidadores porque estaban enfermos o deprimidos?
¿Tuviste muchos hermanos y la única manera de visibilizarte eran cuidando de la tropa aunque no tenías ganas?
¿Cómo dejar de complacer?
Complacer significa “cuidar” de los demás estar pendiente de sus necesidades y no de las tuyas.
Si comienzas a cuidarte tú, ya estás trabajando esta parte tan inconsciente de tu personalidad. El mecanismos de defensa desaparecerá
Límites, tiempo para ti, decir No, pensar si te viene bien hacer lo que te piden, dejar a los demás que te pidan ayuda, no adelantarte a las «necesidades de tu pareja o hijos/as… ¿te suena todo esto?
¿ Ya sabes dónde has aprendido la complacencia? Si te apetece, ponlo por aquí.
Beatriz Millán Coira – Directora del Gabinete Psicología y +