Antes de proponerte técnicas psicológicas específicas para controlar el insomnio, es imprescindible preparar el ambiente, y a ti mismo, para estar en las mejores condiciones de dormir exitosamente. Al conjunto de normas que favorecerán la consecución de ese propósito les llamaremos Higiene del Sueño.

  1. No consumir bebidas que contengan cafeína u otros excitantes, al menos seis horas antes de acostarse. Esta prohibición incluye también comida o fármacos que incluyan cualquier tipo de sustancia excitante.
  2. No beber alcohol desde primeras horas de la tarde. El alcohol es un depresor del Sistema Nervioso Central y, aunque a corto plazo pueda producir somnolencia, acaba alterando el patrón y el ritmo de sueño.
  3. No fumar al menos dos horas antes de irte a la cama. Aunque muchos fumadores le atribuyan un poder relajante a sus cigarrillos, el único efecto demostrable que produce la nicotina es excitación y activación del organismo.
  4. Intentar hacer ejercicio físico moderado de manera regular, pero evitar hacerlo de forma vigorosa, al menos dos horas antes de dormir. El ejercicio hecho a ritmo intenso produce, a corto plazo, una aceleración importante del organismo que no te ayudará a conciliar el sueño.
  5. Intentar ingerir una cena moderada, sin excesivos azúcares refinados ni proteína. Cenar al menos dos horas antes de acostarse. Una digestión pesada y unos alimentos muy energéticos, dificultan conciliar el sueño.
  6. Acondiciona tu dormitorio de manera que te predisponga al sueño: eliminar ruidos, que haya una temperatura de 20°, poca luz, y una cama confortable, lo suficientemente grande, y ni muy dura ni muy blanda.
  7. Las últimas dos horas antes de meterte en la cama, dedícalas a hacer actividades de desaceleración, que te relajen y que no exijan una importante actividad intelectual o tensión psicológica de cualquier tipo. Las más habituales suelen ser: ver televisión, leer o escuchar música fuera de la habitación.

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