Estoy segura de que la mayoría de nosotros hemos oído hablar de la fuerza de voluntad. Se define como la capacidad que tenemos las personas de regular pensamientos, sentimientos y acciones.

Muchas veces se relaciona la fuerza de voluntad con el éxito a la hora de conseguir algo.

¿Qué ocurriría si se hubiera demostrado que la fuerza de voluntad es limitada?

Te cuento un experimento:  

A finales de los años 90, los psicólogos Roy F. Baumeister y Dianne M. Tice, realizaron un experimento con el que desarrollaron la Teoría del agotamiento del ego.

Los experimentadores juntaron a un grupo de participantes de grado, a los que les explicaron que estaban realizando un experimento sobre el sentido del gusto.

Esperaron a que los participantes tuviesen hambre y posteriormente los dividieron en dos salas. En ambas salas había dos platos con comida: un plato con rábanos y otro con galletas.

Al primer grupo se le dio la consigna de que podían comer rábanos, pero no podían comer galletas. El segundo grupo, sin embargo, podía comer ambas cosas, rábanos y galletas.

Como es de esperar, se observó que el primer grupo (que solo podía comer rábanos), luchó contra la tentación de comer galletas.

Hasta este punto, nada nos sorprende…

Sin embargo, el experimento continuó.

Se les dijo a los participantes que, mientras esperaban en la sala para realizar la siguiente prueba, podían matar el tiempo haciendo un rompecabezas (realmente esta era la prueba, pero les hicieron creer que era una actividad cualquiera).

Este rompecabezas era imposible de resolver, pero los participantes tampoco lo sabían.

Se descubrió que las personas que no pudieron comer galletas en la prueba anterior (el primer grupo), solo fueron capaces de aguantar, de media, 9 minutos realizando la tarea.

Sin embargo, las personas sí pudieron comer galletas (el segundo grupo), y que, por lo tanto, no tuvieron que resistirse a la tentación, aguantaron realizando la tarea 18 minutos, es decir, el doble de tiempo. Emplearon aquí su fuerza de voluntad, ya que no la habían consumido anteriormente, al contrario que el otro grupo.

¿Qué se ha demostrado?

Este interesante experimento demuestra que la fuerza de voluntad es un recurso limitado, e interfiere en las tareas a realizar, aunque aparentemente estas tareas no tengan nada que ver entre ellas.

Realizar una tarea agotadora puede disminuir la capacidad que tenemos para realizar otra tarea posterior, aunque ambas tareas no guarden relación entre ellas.

Reflexiones

¿Qué tiene que ver que nos tengamos que resistir a comer unas galletas con que tengamos que realizar una actividad?

Pues que hemos consumido energía. Y esta energía nos permite poder esforzarnos, cumplir objetivos, metas… pero también es limitada, y personal.

Sería bueno tener en cuenta este experimento.

Tenerlo en mente nos puede ayudar a ser realistas, y comprensivos con nosotros mismos. A no compararnos. Nadie sabe a cuantas galletas nos estamos resistiendo (es decir, cuantas responsabilidades, obligaciones y preocupaciones tiene cada persona). En función de las que tenemos, podemos plantearnos objetivos realistas, siempre buscando un equilibrio.

Decíamos que la energía nos permite poder esforzarnos, y que, al utilizarla, se agota. Así como se agota, también se puede recargar. Podemos recargar nuestra energía descansando, haciendo ejercicio, realizando actividades agradables, compartiendo tiempo de calidad con personas importantes para nosotros…

Recomendaciones

Te invito a no sentirte culpable cuando percibas que tu fuerza de voluntad se está agotando. Recuerda que unos investigadores han descubierto que esta capacidad es limitada en todos los seres humanos. También te invito a plantearte metas realistas, a reflexionar sobre tu capacidad de energía, y a recargarla.

Será bueno para ti, para tu salud y para tus objetivos.

Sandra Caseiro López, Psicóloga colaboradora del Gabinete Psicología y +

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