Para muchas personas, enero significa cambio.

Comienza un año nuevo, y con él, muchas veces intentamos tener una vida diferente, una “nueva vida”, o ser “la mejor versión de uno mismo”.

La motivación suele ser bastante alta al principio, al ver el nuevo año como una nueva vida para construir y aprender, y hacer cosas diferentes.

¿Qué es lo que ocurre?

Que muchas veces nos olvidamos de que ya tenemos unos hábitos que hemos ido desarrollado a lo largo del tiempo. Empezar enero “desde 0” suele ser una fantasía, ya que no partimos de la nada, sino que partimos desde nosotros, desde lo que ya tenemos. No podemos borrar lo que llevamos haciendo hasta ahora de manera automática. De lo que realmente se trata es de reaprender y practicar cosas diferentes. Repetirlas, aunque no tengamos siempre una gran motivación, para que formen parte de nuestra rutina, de nuestro repertorio, a largo plazo.

Algunos de los cambios más comunes que nos planteamos suelen hacer referencia a mejorar la alimentación, aumentar o incorporar ejercicio físico, retomar el hábito de leer, empezar algún hobby, mejorar la calidad del sueño, disminuir el consumo de televisión o de redes sociales… entre otros.

Es importante que los hábitos que nos planteemos tengan siempre como objetivo la salud. La salud es el objetivo. Partiendo de esa base, el cambio de hábitos será positivo y sano.

Por ejemplo…. la alimentación

Si el cambio que nos planteamos es adelgazar, es probable que llevemos a cabo conductas poco sanas, con las que lo pasaremos mal. El objetivo que nos planteamos en este caso es comer menos o perder kilos, no mejorar nuestra salud, y no será mantenible a largo plazo.

Sin embargo, si el objetivo es conseguir salud, será más fácil llevar a cabo una alimentación equilibrada, con flexibilidad, y sin prisa por perder peso o por adelgazar puesto que no es el objetivo. El propósito será aportar al cuerpo los nutrientes necesarios y sentirnos bien.

Si eres de esas personas que se plantean propósitos en este mes, te dejamos unas recomendaciones:

  • Sé realista

Es bueno que seas realista con tus posibilidades. Ten en cuenta tus horarios, tus responsabilidades, tus obligaciones. En internet verás muchas recomendaciones que, en la mayoría de casos, son imposibles de cumplir si nos planteamos llegar a todas. Cada persona tiene su contexto, y es imprescindible tenerlo en cuenta para poder realizar unos cambios sanos y realistas.

  • Propósitos progresivos

Es importante que no te plantees realizar un cambio radical en tu estilo de vida. Los cambios radicales suelen ser difíciles de mantener a largo plazo. Suelen traer consigo frustración, puesto que son difíciles de alcanzar, lo cual hace que se abandonen pronto y que vuelvas a lo mismo de antes, sin plantearte ni siquiera realizar pequeños cambios que te hagan sentir mejor.

  • Prioriza

Si eres de las personas que quieren realizar muchos cambios en diferentes ámbitos, priorízalos. Plantéate cuáles son más importantes en el presente para ti, cuáles pueden ser menos difíciles de cumplir, y haz una lista.

Empieza por los más fáciles y los que te vayan a ayudar más en el día a día. A medida que los vayas alcanzando, ¡felicítate!, y ve incorporando algunos más de la lista.

Esto hará que vayas manteniendo la motivación e incluso aumentándola al ir viendo cómo vas logrando cambios buenos para ti.

  • Sé flexible

Es probable que no todas las semanas realices esos cambios que te gustaría hacer, por diferentes motivos, y es normal. Recuerda que se trata de desaprender y reaprender, y eso conlleva tiempo.

  • Coloca tus propósitos en un lugar visible

Para tener estos propósitos presentes, puede ayudarte plasmarlos sobre una hoja, y dejarla a la vista, a modo de recordatorio, de forma que puedas verlos, teniéndolos en cuenta en el día a día. Recordarás que son importantes para ti.

  • Escúchate

Una vez que te hayas planteado los cambios importantes para ti y que hayas probado a realizarlos, llegó el momento de escucharse. Es bueno que te pares y veas lo que a ti te funciona y lo que te hace sentir bien en función de tus posibilidades.

Puedes plantearte algunas de estas preguntas: Estos cambios ¿me hacen sentir bien? ¿son buenos para mí? ¿cómo me siento? ¿me gustaría modificar alguno de ellos?  

Para finalizar…

Espero que estas recomendaciones te ayuden a realizar esos cambios que te gustaría hacer, si eres de esas personas que comienza enero con ganas de introducir algún cambio.

No se trata de que en este comienzo de año tengas que transformarte en una nueva persona, diferente a la que ya eres. Se trata de que identifiques en qué ámbitos de tu vida te gustaría introducir algún cambio para tener una vida más sana y feliz.

De igual manera, cualquier mes, cualquier semana y cualquier día es bueno para hacer algo diferente que sea bueno para ti. ¡Estas recomendaciones sirven para cualquier mes del año!

Recuerda que hacer algo diferente ya es un logro.

Sandra Caseiro López, Psicóloga colaboradora del Gabinete Psicología y +

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